Creencia de mercadeo para emprendedoresSegún comenta Geoffrey James, reconocido periodista empresarial, el libro de proverbios del viejo testamento es una de las mejores guías de negocios que existen.

Anque no soy religioso, a veces un poco de reflexión filosófica nos ayuda a salir del día a día de las operaciones y de manejar nuestra empresa. Además, comparto el valor que se encuentra en varios proverbios, incluyendo este proverbio 23:17

Pues como piensa dentro de sí, así es.
Con este proverbio en mente, repase estas tres creencias sobre el mercadeo y asegúrese que no sean parte de su pensamiento en el negocio. Las personas que sostienen estas creencias tienden a perder su espíritu emprendedor y desaprovechan las oportunidades de mercadeo.

1. El éxito de mi mercadeo se basa en lo que otros piensan de mí.

Algunas personas se definen en base a lo que suponen que sus clientes, familiares y amigos piensan de ellos. Definen el éxito de sus actividades de mercadeo por los comentarios que reciben y la percepción externa. Aunque la retroalimentación es importante, solo el emprendedor y su equipo conocen su cliente ideal, las verdaderas medidas de éxito para su mercadeo y su empresa.

2. Mi pasado es igual a mi futuro.

Cuando un emprendedor define sus oportunidades de mercadeo únicamente por los resultados que hayan generado sus actividades pasadas, pierde el ánimo de experimentar. Si ha sido exitoso, puede creer que las mismas acciones seguirán generando los mismos resultados. Si ha tenido contratiempos sin el contexto de un sistema de medición y aprendizaje, ahora evitará situaciones en las que el fracaso es un riesgo. Esto significa que no están dispuestos a aprovechar oportunidades de mercadeo. Claro, no significa que la persistencia debe ser infinita, mas bien que hay que entender la diferencia entre ser perseverante y ser cerrado.

3. Mi meta es tener el mercadeo perfecto o hacer algo perfectamente.

La perfección es inalcanzable. Las personas que lo esperan para su mercadeo o en general para su negocio simplemente se están preparando para la decepción. Los perfeccionistas tienden a culpar al mundo en lugar de hacer lo que sea necesario para lograr resultados extraordinarios.