Las lecciones de mercadeo pueden venir de su propia experiencia, de los casos de éxito y fracaso de otros negocios, de su familia o inclusive de un perro. Este video del perro que sabe de mercadeo nos recuerda la importancia de conocer a nuestros clientes y comunicar nuestro verdadero valor diferenciado.

Peter Bowerman cuenta una historia en su libro The Well Fed Writer sobre lo que aprendió de su gerente de ventas durante los primeros días como un vendedor de puerta a puerta. Su gerente afirmó que si se toma una libreta de pedidos y un lapicero, se atan a la cola de un perro y envía al perro a caminar por la ciudad, eventualmente volverá a la oficina de ventas con una orden de compra escrita en el libro.

Luna, el perro que sabe de mercadeo La historia puede significar que no hay que trabajar duro, simplemente utilizar los recursos disponibles y cruzar los dedos. O, puede que la lección sea que cualquier método puede generar resultados – que si seguimos haciendo lo mismo eventualmente generaremos esa orden en la libreta.

Mi interpretación de la historia es que un caso de éxito no es prueba suficiente de que la manera en que una empresa opera su mercadeo es eficiente y efectiva.

Para operar con un sistema de mercadeo se tiene que poder replicar y afinar de forma constante para generar resultados en su negocio. Y el sistema debe incluir no solo pasos concretos, sino también la información y los controles para medir la efectividad y conocer las fortalezas y debilidades de su propio mercadeo. Nunca va a ser perfecto, pero debería de ser intencional y lo mejor posible para la situación y el momento. Esto sería un mercadeo feliz.

En sus actividades de mercadeo puede enviar al perro a tomar pedidos y puede que vuelva con una orden escrita, pero no podrá predecir o evolucionar su negocio si su sistema de mercadeo no contiene pasos intencionales que pueda medir.